La semana pasada descubrí una
serie de artículos en elpais.com llamados “nimileuristas”
en referencia al término acuñado por los jóvenes hace unos años en relación a
sus sueldos, mileurista, y que hoy en
día a cambiado a nimileurista.
Jóvenes con profesiones,
estudios, sueños y esperanzas, en ocasiones sobre cualificados para los pocos
empleos en los que hoy hay oferta. Es triste pero ellos, junto a muchos otros,
tienen esperanzas y la mayoría un sueño al que aferrarse, sus ESTUDIOS, su
PROFESIÓN.
Hay otros jóvenes que no tienen
ese pequeño salvavidas, que te hace estar un poco menos perdido, que te hace
pensar que la juventud que tienen es un valor y no una falta de experiencia.
Este mes comenzó en la academia un curso para jóvenes desempleados sin estudios superiores, la mayoría los dejó
por voluntad propia, no les gustaba, pero por extraño que parezca creen en la formación. Alguno se vio
tentado al tener un sueldo siendo joven, sin necesidad de estudiar, pero ahora
ya no está y ven en estos cursos una nueva etapa en la que seguir formándose y
adquiriendo experiencia. Creen en su utilidad porque los ven una forma de
especializarse en una profesión sin tener que gastar dinero y tiempo en
estudios superiores, pensamiento diferente, pero loable, al de jóvenes
universitarios.
El curso es un proyecto de CECAP
muy concreto, Gestión Administrativa de Centro de Formación, y creemos que muy adecuado
para el perfil del alumno. Tendrán una profesión y experiencia (100 horas
prácticas) al finalizar. Una profesión que pocos soñaron ser cuando eran
pequeños, un sueño romántico de trabajar por vocación, de veterinario,
profesora, deportista… otros más realistas y en relación con lo que estudian en
la actualidad, administración, gestión, etc.
En la elección de tus estudios y de
tu formación está parte del éxito que consigas después en tu etapa profesional,
por ello en estos tiempos de crisis, palabra que estos jóvenes tienen en su
vocabulario habitual, es casi la mitad de tus logros futuros.
Ellos ven en este tipo de
formación una oportunidad a los jóvenes, que por un motivo o por otro dejaron
los estudios a una edad muy temprana, lo ven como un refuerzo positivo, una
nueva oportunidad.
Esperemos que alguno de ellos vea
recompensado el esfuerzo que ahora sí están haciendo en su formación junto a
los profesores que trabajan con ellos a diario.
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