Al hablar de formación o de estudiar lo primero que pensamos es en los más jóvenes, en la educación obligatoria o en la universidad, y bien es cierto que se les debe prestar la máxima atención y calidad ya que la FORMACIÓN en los JÓVENES sirve para dotarlos de técnicas y habilidades para en un futuro.
Pero en la sociedad en la que vivimos hoy en día, cambiante, competitiva, en desarrollo, si levantamos la mirada vemos que los estudios también conviven con nosotros cuando nos encontramos en un periodo como DESEMPLEADOS. Nos enfrentamos a nuevos retos, profesiones u ocupaciones, cambios o perfeccionamiento de nuestra profesión.
E igual de importante es la FORMACIÓN para los TRABAJADORES. Tema que hoy nos ocupa y el que debemos cuidar desde todos los ámbitos del mundo laboral. La formación durante nuestra etapa como profesionales mejorará nuestra capacidad profesional en el mismo puesto o para promocionar.
La formación en la empresa tiene efectos positivos en ambas partes, sirve para actualizar capacidades, habilidades, actitudes y aptitudes. Cuando nos formamos siendo trabajadores debemos saber que esta etapa tiene objetivos claros y precisos y efectos a corto plazo. Hacemos un curso de un nuevo programa informático, de un idioma que no manejamos a la perfección, o de técnicas cercanas a nuestro desempeño laboral.
¿Por qué debemos apostar por la FORMACIÓN dentro de la EMPRESA? Como empresario o trabajador debe seguir preocupándonos formarnos o estudiar una vez consolidada nuestra profesión por diversos factores.
Para el TRABAJADOR será una manera de mantener o mejorar su puesto de trabajo, para el desarrollo personal, obtener reconocimiento, mayor participación en la empresa y mayor nivel de eficiencia.
Para la EMPRESA, transmitir y consolidar la cultura de la empresa a través de actividades formativas siempre será más sencillo, así como alcanzar un mayor nivel de competitividad, productividad y calidad, adaptándose a los cambios del mercado y del entorno.
Para que la formación en la empresa sea efectiva debemos de tener una planificación y adecuación al trabajador. Si existe una buena planificación, interés por el curso e implicación por todas las partes, las horas dedicadas a la formación repercutirán de manera muy positiva en nosotros mismos y en nuestra empresa.
La formación siempre suma y te hacer crecer.